«El viaje es, desde siempre, un medio y un final, una elección de vida o-para algunos- el único modo posible de vivir; es la metáfora de la vida misma». La opción de viajar a dedo es una elección de confianza en otros seres humanos». Hablar de los viajes a dedo significa hablar de encuentros entre personas y culturas diferentes, de cómo se comienza poco a poco a percibir al otro, más allá de la simple apariencia, de la intimidad que se crea inclusive a través de los silencios, que no son todos iguales. Se trata de un tiempo para estar, compartiendo un cierto trecho de camino que puede resultar una oportunidad para el encuentro o simplemente una gentileza de parte de quien se ofrece a llevarte.